El día que inicias la búsqueda de tu vestido ideal, tienes una sensación de indecisión, mezclada con duda, un poco de miedo y muchísima ilusión! Yo tuve claro desde el principio el estilo que quería, la forma que me gustaba, e incluso alguno de los tejidos. Siempre quise que tuviera manga larga, que la espalda quedara sutilmente despejada y la falda de crepe de seda cayera sin apenas volumen hasta terminar en una pequeña cola... Me apetecía un vestido elegante pero moderno, importante pero no voluminoso y sobre todo, que fuera mío y resultara un verdadero vestido de novia... es decir, que ese día llevara mi nombre y lo diseñaran para mí, así que por eso decidí que me lo hicieran. Después de visitar 4 o 5 diseñadores nupciales en Madrid, me decidí por Sole Alonso. Sentí esa sensación que has de tener con aquella persona que va a diseñar tu vestido de boda, un cierto feeling que forma parte del SI a la hora de decidirte. Las dos éramos del norte, decididas y divertidas, así que entre risas y sinceras palabras desde el principio, pensé que ella sería quien me vestiría para el gran dia. Y acerté!! Cada prueba, sobre todo las primeras, comenzaban con un mar de dudas, con nuevos retos y detalles que íbamos perfilando hasta llegar al siguiente paso, y fuera como fuera, siempre salía feliz de su taller... No tengo nada más que palabras de agradecimiento, de cariño y de reconocimiento por su buen trabajo, al igual que para su genial hermana Amalia y la dulce Patricia. El vestido fue, sin duda, el traje de mis sueños!












