El día que Borja me pidió la mano, estábamos en Formentera. Fue un viaje muy especial que marcó un antes y un después en nuestra vida, de manera que quisimos hacer algo en honor a la isla en la que nos prometimos hace ya casi un año. Yo siempre quise casarme en viernes, es mi día favorito de la semana y además es perfecto para hacer una boda que dure un poco más de lo habitual, ver a los invitados más relajados tras el gran día y, de paso, alargar lo que ha sido la fiesta de nuestra vida. La idea estuvo muy clara desde el principio, ya que siempre quisimos hacer una boda tradicional, pero no queríamos renunciar al sueño de celebrar un segundo día con nuestros amigos cerca del mar... Organizamos una fiesta en la playa el sábado por la noche, en la que todos nuestros invitados vistieron de blanco, disfrutaron de un paseo en barco mientras tomaban un aperitivo al atardecer y después les llevamos a cenar y de copas al chiringuito, que decoramos con decenas de velas y cerramos durante toda la noche. Nunca hubiera imaginado que este segundo día casi superara al primero... El sol brillaba como nunca, estaba todo el mundo feliz, se respiraba algo especial que se fue cociendo la noche anterior y nosotros ya estábamos casados, sin nervios, sin tanto detalle en la organización...y además, el DJ se superó a sí mismo! Esta no fue la boda pero si la verdadera fiesta de nuestra vida! Antes de que nos lleguen las fotos buenas del fotógrafo, os enseño una pequeña recopilación de todos nuestros amigos! Por cierto, para quien me preguntaba en Instagram, el vestido que llevó la novia para este segundo día era de Anine Bing!













5 comentarios
Sólo se nos ocurren dos cosas que deciros:
- ¡Enhorabuena!
- ¡Qué seáis muy felices!
Manu
Muchas gracias!!! :-)
Son unas fotos tan bonitas... se nota que disfrutasteis mucho del momento! Sed muy felices!
Besotes
http://www.mybeautrip.com
Que boda tan bonita has hecho y se ve que lo habéis pasado genial.
Qué pasada, lo tuvisteis que pasar genial.
Besos.
Gemeladas
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